Una idea, un movimiento, una forma.

Es muy trivial que sentarse o abrir una puerta. Un movimiento diario, por ser repetido miles de veces, requiere miramientos especiales. Una forma ergonómica, sin efecto de estilo, se impondrá por sí mismo: el trabajo del diseñador debe haber la cortesía de hacerse olvidar.

El confort es una noción múltiple. La adecuación de la forma de un objeto con un movimiento o un uso debe ser óptima. Pero no basta. Un otro confort es también importante: el confort visual. El primer contacto con un objeto pasa por la mirada. Este contacto es decisivo. Por su forma el objeto debe hablarnos: decirnos para qué sirve, invitarnos a utilizarlo. Debe ser acogedor, caluroso, casi amistoso. Para expresar esta doble busca — de la esencia, para los sentidos — Edouard Vitrant ha creado una palabra nueva: lo esensual.

En las artes marciales, el movimiento importa más que su resultado. La busca de lo esensual sigue la misma vía: la del buen detalle.